En diferentes condiciones fisiopatológicas los requerimientos de energía y nutrientes se encuentran aumentados debido a diversos factores: reducción de la ingesta, cambios en el metabolismo causados por la enfermedad, aumento del gasto energético, entre otros. Para estas situaciones donde el riesgo nutricional es muy alto, es de vital importancia un manejo nutricional adecuado para cubrir los requerimientos nutricionales, tener una mejor respuesta al tratamiento médico y mejorar los síntomas. Las proteínas son el principal componente estructural y funcional de las células y tienen numerosas e importantes funciones dentro del organismo como catalíticos (enzimas), movilidad corporal (actina y miosina), mecánico (elastina, colágeno), protección (anticuerpos), entre otras.1
Las Proteínas
La importancia de la proteína presente en la dieta se debe a su capacidad de aportar aminoácidos para así atender al mantenimiento de la proteína corporal y al incremento de ésta durante el crecimiento. La pérdida de proteína corporal se asocia con numerosas alteraciones patológicas y con el aumento en la mortalidad.1 El aspecto más importante de una proteína, desde el punto de vista nutricional, es su composición en aminoácidos, aunque otras características estructurales como la solubilidad y la glicosilación pueden afectar su digestibilidad y en consecuencia su valor nutricional.1
Sarcopenia
El término “fragilidad nutricional” se ha utilizado para describir un estado comúnmente visto en adultos mayores, caracterizado por pérdida de peso súbita y una pérdida significativa de masa muscular y fuerza, o una pérdida de reservas fisiológicas, lo que hace que el individuo sea susceptible a la discapacidad.2,3 En este contexto se encuentra la sarcopenia, un síndrome que se caracteriza por una pérdida gradual y generalizada de la masa muscular esquelética y la fuerza, con riesgo de presentar resultados adversos como discapacidad física, calidad de vida deficiente y mortalidad.3
La suplementación especializada con productos de aminoácidos (o módulos proteicos que los contengan) puede contribuir a mejorar el estado nutricional en determinadas poblaciones de adultos mayores. Para la mayoría de los adultos mayores, el medio más práctico para promover el anabolismo de la proteína del músculo esquelético es incluir una porción moderada de proteínas de alto valor biológico durante cada comida.4
a) La leche materna es el mejor alimento para el niño. b) Si no se siguen estrictamente las indicaciones de preparación e higiene, el alimento proporcionado es perjudicial para la salud del niño. c) La utilización del biberón incide negativamente en la calidad y cantidad de la lactancia materna. d) Utilícese bajo recomendación del profesional de la salud.
Los alimentos para propósitos médicos especiales deben ser utilizados bajo supervisión del profesional de la salud. DANONE respalda la recomendación mundial de la OMS sobre la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y la continuación de la lactancia hasta dos años y más, combinada con la introducción segura de alimentos complementarios apropiados.
- Martínez Augustin, O. & Martínez de Victoria Muñoz, E. Proteínas y péptidos en nutrición enteral. Nutr. Hosp. 21, 1-14 (2006).
- Cruz-Jentoft, A. J., Kiesswetter, E., Drey, M. & Sieber, C. C. Nutrition, frailty, and sarcopenia. Aging Clin. Exp. Res. 29, 43-48 (2017).
- Cruz-Jentoft, A. J. et al. Sarcopenia: European consensus on definition and diagnosis. Age Ageing 39, 412-423 (2010).
- Hernández-Rodríguez, J. & Licea-Puig, M. E. Generalidades y tratamiento de la Sarcopenia. Rev. Médicas UIS 30, 71-81 (2017).